Había sido ratificado por el Congreso en enero 2015, durante el último mandato kirchnerista. El Presidente no desea anular las negociaciones vigentes, sino asegurarse que la estación espacial no será utilizada para un uso militar. El control del lugar depende del Ejército popular Chino
En reserva, el Gobierno ya empezó a renegociar con Pekín uno de los temas que mayor polémica provocaron en los últimos años. Se trata de la construcción de una estación espacial de China localizada en Neuquén, que podría tener un uso militar ya que la empresa estatal Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC), que se encargará del control del lugar, depende del Ejército Popular chino.
El presidente Mauricio Macri no tiene la intención de anular el tratado que Cristina Kirchnerfirmó con Pekín y que fue ratificado por el Congreso en enero de 2015.
Por el contrario, el mandatario instruyó a su designado embajador en China, Diego Guelar, y a la canciller Susana Malcorra que negocien en buenos términos con el gobierno de Xi Jinpinglas modificaciones en el tratado, con la idea de incluir una cláusula específica que derribe el eje de la controversia. Lo que desean desde el gobierno, es incluír un artículo que establezca específicamente que la estación espacial, situada en la localidad neuquina de Bajada del Agrio, "no tendrá uso militar alguno". Esta mención no está incluida en el tratado que se firmó.
Lo cierto es que el jefe del Ejecutivo desea cerrar este frente con China previo al viaje programado en septiembre a Pekín para la cumbre de presidentes del G-20, cuando se reunirá con Xi Jinping, según publica La Nación.
Diego Guelar, embajador argentino en China, ya tuvo varias reuniones con su par chino en Buenos Aires, Yang Wanming, en donde se habló sobre estas cuestiones. Las gestiones diplomáticas se intensificarán desde los primeros días de marzo en Pekín, cuando Guelar llegue para ejercer su mandato como embajador.
En reuniones reservadas el embajador Yang se mostró dispuesto a dialogar acerca de las modificaciones que pretende el gobierno de Macri. Claro que el tema será abordado en lo inmediato entre ambos estados y la canciller Susana Malcorra tomará cartas en el asunto ya que Macri viajará a Pekín en septiembre para la reunión del G20. Es por eso qe el Gobierno pretende cerrar el tema con China, país al que considera un socio estratégico por el nivel deexportación de soja que ejecuta y por las inversiones que tiene proyectadas Pekín en el país.
Sin embargo, este acuerdo no es el único que desde la administración macrista pretenden revisar. En esa línea, además del acuerdo por la estación espacial de Neuquén, desean revisar todas las negociaciones que firmó Cristina Kirchner con Xi. Estos tienen que ver con planes de energía nuclear y proyectos de infraestructura. La Casa Rosada también evalúa frenar el proyecto de construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, adjudicadas a un consorcio encabezado por Electroingeniería, la china Gezhouba Group Corporation e Hidrocuyo.
Uso militar
El embajador chino en la Argentina reiteró en varias oportunidades que "no habrá uso militar de China en la estación espacial de Neuquén porque el proyecto es de uso pacífico para avistaje espacial". Asimismo, la Comisión Nacional de Actividad Espacial (Conae), que es la contraparte de la Argentina en el uso del avistaje satelital, también desmintió en reiteradas oportunidades la existencia del uso militar de la estación de Neuquén.
La Conae sólo podrá utilizar el 10% de tiempo del trabajo de la estación, es decir, "2 horas y 40 minutos por día para actividades científicas y tecnológicas". Pero tanto la letra chica del acuerdo de la Conae con CLTC como el pacto del Gobierno de Neuquén con China figuran en anexos reservados que no se hicieron públicos en el Senado.
Cuando el tratado con China por la estación espacial se llevó al Congreso para su aprobación, los referentes de la oposición cuestionaron la iniciativa. En su momento el propio macrismo hizo duras objeciones al acuerdo al igual que lo hicieron en reserva altos mandos de lasFuerzas Armadas, y varios diplomáticos extranjeros tienen sus dudas respecto del posible uso dual (militar y espacial) que se le pueda dar a la antena que China instalará dentro de 200 hectáreas en Neuquén para un proyecto que tiene una duración de 50 años con exención impositiva incluida.
A pesar de las buenas intenciones de los dos países, el camino para hacer las modificacionesal tratado bilateral como no será fácil. Es que si China no acepta los cambios y la Argentina decide dar por finalizado el tratado, el artículo 8, inciso 4 de ese acuerdo sostiene que para dar por concluido el tratado "la parte peticionante deberá notificar a la otra parte por escrito con al menos cinco (5) años de antelación".
En rigor, este y otros inconvenientes legales que presenta el acuerdo con China ya los había advertido en enero de 2013 la embajadora Susana Ruiz Cerutti, encargada de la Dirección de Consejería Legal del Ministerio de Relaciones Exteriores (Dicol). Por medio del dictamen 11/2013, N° 1507/12 la funcionaria había alertado al entonces canciller Héctor Timerman del tema.
Ruiz Cerutti también afirmó que se le otorgará a la empresa china "CLTC, a sus autoridades y a sus empleados en la construcción y operación de la misma, una serie de privilegios,derechos, facultades, exenciones y garantías de gran amplitud". Claro que estas recomendaciones que elevó la directora legal de la Cancillería eran no vinculantes y fueron desoídas por Timerman. Fuentes del Palacio San Martín dijeron a LA NACION que Ruiz Cerutti ya alertó sobre estas cuestiones a la canciller Malcorra.
Por su parte, el blog de periodismo Eliminando variables reveló más detalles del documento de Ruiz Cerutti, aunque menciona consideraciones de la jefa de la Dicol que finalmente no estuvieron presentes en el texto final del tratado.
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