Tras el reciente intento -casi exitoso- de recuperación de la primera etapa del Falcon 9, la empresa SpaceX sigue adelante con sus planes. El pasado día 15 de enero los chicos de Elon Musk volvieron a encender los motores de la única etapa que, hasta la fecha, ha logrado regresar intacta a la Tierra. Esta etapa fue lanzada el 22 de diciembre de 2014 desde la rampa SLC-40 de Cabo Cañaveral en la misión Orbcomm 2 (OG 2) y pocos minutos después se posó suavemente a nueve kilómetros de la rampa en la zona de aterrizaje LZ1. La etapa regresó en buen estado y posteriormente fue trasladada al hangar que posee SpaceX cerca de la rampa 39A del Centro Espacial Kennedy, usada anteriormente para lanzamientos del transbordador espacial.
Curiosamente, la empresa realizó el encendido de la etapa en la rampa SLC-40, no en la 39A como estaba previsto, lo que habría supuesto la primera prueba de esta rampa bajo el arrendamiento de SpaceX. Los detalles de la prueba son, para variar, secretos, pero suponen un paso fundamental para los planes de la compañía a la hora de reutilizar las primeras etapas de sus vectores. Lo que sí sabemos es que el tiempo de ignición duró unos dos segundos y se detectaron ligeras fluctuaciones de empuje en uno de los motores Merlin exteriores (una mala señal).
La etapa recuperada en la rampa SLC-40 (SpaceX) |
SpaceX ha decidido no volver a usar esta etapa para someterla a más pruebas y, con el tiempo, ponerla en el museo. Quienes sí han reutilizado su cohete después de recuperarlo han sido los chicos de Blue Origin. Y es que el 22 de enero la compañía de Jeff Bezos realizó la tercera prueba de su lanzador suborbital New Shepard desde la base de Van Horn, Texas.
El cohete volvió a lanzar el prototipo de cápsula para turistas hasta una altura de 101,7 kilómetros. Es el mismo vehículo que la empresa lanzó el 23 de enero a una altura de 100,5 kilómetros, así que en ambos casos Blue Origin ha realizado técnicamente un vuelo espacial al superar la frontera de von Karman de los cien kilómetros de altura. Con esta prueba Blue Origin se adelanta una vez más a SpaceX y ha logrado convertirse en el primer operador que reutiliza un vehículo espacial de aterrizaje vertical después de llevar a cabo una misión espacial.
Ni que decir tiene, la divertida rivalidad entre SpaceX y Blue Origin y sus dueños multimillonarios ha dado una nueva vuelta de tuerca. Aunque es cierto que el New Shepard de Bezos es mucho más pequeño que la primera etapa de un Falcon 9 de SpaceX, no olvidemos que, a pesar de lo que se puede leer en muchos medios, ambos vehículos son suborbitales (el Falcon 9 es un vector orbital, pero la primera etapa en solitario no lo es). Blue Origin planea además desarrollar un lanzador orbital reutilizable a partir del New Shepard, un lanzador que no olvidemos usa un motor criogénico BE-3, más complejo de usar que un motor de queroseno y oxígeno líquido (kerolox) como los de SpaceX. En definitiva, no se puede rechazar de forma condescendiente los avances de Blue Origin como muchos medios están haciendo. Eso sí, recordemos que a día de hoy el principal rival de Blue Origin no es SpaceX, sino Virgin Galactic. Y es que la compañía de Bezos está a punto de convertirse en la primera que pone a punto un servicio de turismo suborbital, que es el objetivo del New Shepard.
Vídeo de la misión:
Eso sí, a diferencia de Blue Origin, SpaceX mantiene muchos frentes abiertos. Esta misma semana hemos podido ver imágenes de una de las pruebas del sistema de aterrizaje de la futura cápsula tripulada Dragon 2. La secuencia corresponde a una prueba realizada el 24 de noviembre en la base de SpaceX en McGregor, Texas. Estas pruebas sirven para validar que el sistema de propulsión de combustible líquido formado por ocho cohetes SuperDraco es capaz de controlar la cápsula en vuelo al regreso de la órbita.
A pesar de que SpaceX ya efectuó el 6 de mayo una prueba de escape durante el lanzamiento con los mismos propulsores, estas pruebas sirven para verificar la idoneidad de los SuperDraco a la hora de efectuar un descenso y aterrizaje controlados. Recordemos que SpaceX quiere usar este sistema en el futuro, aunque durante las primeras misiones tripuladas a la ISS la NASA ha obligado a la empresa de Musk a que emplee paracaídas convencionales. Ni que decir tiene, aterrizar literalmente envuelto en llamas y sustancias hipergólicas tiene que ser bastante emocionante, por decir algo.
Vídeo de la prueba del sistema de aterrizaje de la Dragon 2:
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